[*** = en inglès. Traducción de Montserrat Martínez García revisada y editada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow.]

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no de los problemas centrales de Carlyle como sabio secular político aparece en su uso de la tipología extendida, tal como la serpiente de bronce. Aunque escribe con el lenguaje y la retórica del profeta del Antiguo Testamento, particularmente cuando arremete contra sus contemporáneos por sus “brutales olvidos del Dios verdadero”, carece de la única cosa que Jeremías e Isaías creían que poseían, los detalles de un ritual religioso específico con el que podían hacer regresar a los judíos que se habían apartado del verdadero Dios. Sin ningún esfuerzo, rechaza todas las “liturgias y letanías” de igual modo que resta importancia al “hebreo respetable y a otros fetiches” (20. 278), pero no puede reemplazarlos con nada hacia lo que sus contemporáneos puedan prestar lealtad. Al final, nos damos cuenta de que no es la inexistencia del monumento al Rey del ferrocarril la que debe ser una verdadera serpiente de bronce, sino el Panfleto de nuestros días de Carlyle titulado “La estatua de Hudson”. Su panfleto, que no sólo advierte al público sobre las consecuencias de la falsa adoración sino que lo instruye sobre la creencia verdadera, existe como un elemento antitipológico, la verdadera realización de la serpiente original de bronce.

Desgraciadamente para Carlyle, la existencia de una auténtica relación tipológica necesaria para convertir su propio trabajo en una verdadera serpiente de bronce requiere tanto un Dios como un Cristo, y él no cree realmente en ninguno de los dos en ningún aspecto relacionado con su sentido normal, en el sentido, es decir, que la tipología requiere. En consecuencia, la manipulación maravillosamente excelente de Carlyle sobre la serpiente de bronce resulta en la clase de imagen compleja que sólo surge cuando el final de una tradición está cerca. Como numerosos autores que utilizan la tipología secularizada, Carlyle la usa porque le permite evocar el poder imaginativo de un sistema de creencias sin refrendarlo. Expresado en unos términos de lo más atrevido posible, un elemento tipológico secularizado o extendido, recurre a los materiales de la tipología cristológica para producir efectos. De ahí que sea una técnica “decadente” en la medida en que se define tal término para implicar, no un valor moral, sino algo que aparece cerca del final de una tradición intelectual, artística o de otra índole.

Como cabría esperar del tratamiento auto-reflexivo y a menudo irónico de una tradición, el pasaje de la serpiente de bronce de Carlyle (brazen-serpent passage) de “La estatua de Hudson”, como muchos de sus componentes tipológicos secularizados, exige que el lector esté bien familiarizado con los elegantes argumentos de la exégesis tipológica. Un segundo hecho representativo que se hace aparente cuando observamos detenidamente la tipología secularizada de Carlyle es que esta imagen llega ante el lector aderezada con ironías y con dobles significados, no todos ellos intencionados.

Referencias

Landow, George. Victorian Types, Victorian Shadows: Biblical Typology in Victorian Literature, Art, and Thought (Londres: Routledge & Kegan Paul, 1980). [Para una versión on-line: on-line version inglésTraducción al español parcial].


Modificado por última vez el 23 de octubre de 2002; traducido el 15 de octubre de 2012