[Traducido por Cristina Cobo Tejederas, editado por Asunción López-Varela, and html diseñado y formateado por George P. Landow. "W" inicial decorada por Thackeray en La feria de las vanidade]
illiam Makepeace Thackeray nació en Calcuta el 18 de julio de 1811. Sus padres eran ambos de ascendencia anglo india, y su padre, Richmond Thackeray, fue designado para un lucrativo puesto de recaudador de un distrito cerca de Calcuta poco después del nacimiento de William. Richmond Thackeray murió de una fiebre en 1815, y su hijo fue enviado de vuelta a Inglaterra a los cinco de edad para ser educado, parándose en Santa Helena por el camino y con un criado que le señaló al preso Napoleón, que “come tres ovejas al día y todos los niños a los que puede echar el guante”
"eats three sheep every day, and all the little children he can lay hands on!" (Ray 1.66) . La separación de su madre, que se quedó en India para casarse con su amor de infancia, fue recordada por Thackeray casi medio siglo más tarde — “un *ghaut*, o una escalera del río, en Calcuta; y un día cuando, bajando aquellos escalones, hacia un barco que estaba en la espera, vinieron dos niños, cuyas madres permanecieron en tierra”
"A ghaut, or river-stair, at Calcutta; and a day when, down those steps, to a boat which was in waiting, came two children, whose mothers remained on shore" (Ray 1.65) — y su reencuentro con ella unos años más tarde informa la primera visión del joven Henry Esmond de Lady Castlewood. Aunque los recuerdos de Thackeray de sus primeros años en India fueran escasos, la cultura de los anglo indios destaca en varios sus trabajos, incluyendo The Tremendous Adventures of Major Goliah Gahagan, La feria de las vanidades (Vanity Fair) y Los recién llegados (The Newcomes).
Thackeray recibió la “educación de un caballero” en internados (llamados “colegios privados”), incluyendo seis años en Charterhouse, y los palmetazos y otros abusos que sufrió en estas instituciones se convirtieron en la base de remembranzas en ensayos, como en The Roundabout Papers, así como episodios en novelas La feria de las vanidades (Vanity Fair) y Los recién llegados (The Newcomes) ofrecen, de nuevo, importantes ejemplos.) Él también rememoró las áridas lecciones en las lenguas clásicas que se vio obligado a aprender, junto con su efecto deletéreo, en sus sentimientos hacia la literatura clásica, al igual que con las huidas agradecidas que él hizo a las ficciones populares del día, obras como El corazón de Midlothian (Heart of Midlothian) de Scott o La vida de Londres (Life in London) de Pierce Egan. Él no era un estudiante sobresaliente, pero continuó en Cambridge, donde se incorporó al Trinity College, Cambridge en 1819. Su tutor era William Whewell (filósofo de ciencias naturales, de interés hoy en día por su teoría del descubrimiento), pero Thackeray vio poco del inaccesible catedrático, prefiriendo pasar su tiempo en fiestas de vino. Gracias a tales diversiones, su propia inhabilidad de destacar en matemáticas, la pobre preparación que había recibido en Charterhouse, y su afición a los juegos de azar y viajes al Continente, Thackeray abandonó la universidad sin título después de dos años. La vida del estudiante universitario en “Oxbridge” se representa indirectamente — for "the life of such boys does not bear telling altogether" — en Pendennis. Sin embargo, Thackeray realmente consiguió amistades duraderas en Cambridge, de las cuales la más importante fue con Edward Fitzgerald. Y aunque no logró sobresalir en la escuela, sí se aficionó a Horacio y otros autores clásicos que sus experiencias de infancia casi le habían robado.
Después de abandonar Cambridge, Thackeray viajó al Continente, pasando un invierno en Weimar, que incluyó una presentación al anciano Goethe. Thackeray se llevó de Weimar un dominio de la lengua, un conocimiento de la literatura romántica alemana, y un escepticismo creciente sobre la doctrina religiosa. El tiempo que pasó aquí se refleja en los capítulos de “Pumpernickel” de La feria de las vanidades.
A su vuelta de Alemania, Thackeray vivió la vida de un caballero joven acaudalado, incluyendo más juegos de azar, bebidas en tabernas, e, indudablemente, encuentros sexuales con mujeres. Aunque no queda clara cómo de salvaje era la vida de Thackeray en esta época — Ray publica una entrada en el diario en la cual es rechazado por el gusto de William Maginn en los burdeles — probablemente él desarrolló en este tiempo por primera vez su “estenosis uretral”, una condición que le acosaría el resto de su vida y que Monsarrat especula que era una consecuencia de gonorrea.
El siguiente intento de Thackeray de encontrar un trabajo le llevó a los Inns of Court, donde trató de estudiar derecho durante un tiempo y, en lugar de eso, se contagió más de la atmósfera de la “ociosidad de un caballero” "gentlemanly idleness" (Ray 1.149) que había para encontrar su camino hacia Pendennis. Ray a continuación sitúa a Thackeray en el mundo turbio de los *bill-discounters* en Londres, pero pronto invirtió parte de su patrimonio en un periódico semanal, The National Standard, asumiendo los cargos de redactor y propietario. Aunque el periódico se hundió rápidamente, éste le dio a Thackeray su primera experiencia en el mundo del periodismo londinense, donde poco después comenzaría un aprendizaje largo y azaroso.
El padre de Thackeray le había dejado una herencia de aproximadamente 17 000 libras, pero esta fortuna se perdió, sobre todo debido al fracaso de un banco indio, un acontecimiento de su vida que Thackeray utilizó una vez más en Los recién llegados. Este desastre financiero forzó a Thackeray a salir de la ociosidad y trabajar seriamente como periodista. Después de probar brevemente la vida de un artista en el Londres y París bohemios en 1834 y 1835, Thackeray comenzó a poner a trabajar la pluma y el lápiz revistas tales como Fraser's Magazine, The Morning Chronicle, y la más exitosa, Punch. Fue también en París donde conoció a su esposa, Isabella Shawe, y los dos se asentaron aquí durante un breve período de tiempo hasta que se casaron (en 1836), antes de volver a Londres.
Antes del éxito de La feria de las vanidades, Thackeray trabajó como un periodista freelance durante aproximadamente diez años, publicando crítica literaria, crítica de arte, artículos de actualidad y ficción de forma anónima o bajo varios seudónimos cómicos. The Yellowplush Papers (1837-38), Catherine (1839-40), A Shabby Genteel Story (1840), Historia de Mr. Samuel Titmarsh y el gran Hogarty Diamond (1841), y Barry Lyndon (1844) aparecieron todos en Fraser, mientras que El libro de los snobs (1846-7) dio a Thackeray su primera notoriedad cuando apareció como Los snobs de Inglaterra en Punch.
Durante este aprendizaje, Thackeray también produjo sus primeros libros, colecciones de ensayos y observaciones publicadas como libros de viajes. Notas de París (The Paris Sketch Book) (1840) se vendió lo suficiente para cubrir sus gastos, proporcionar a su autor un pago decente, y, quizás lo más importante para Thackeray, interesar a editores para ver más de su trabajo. Vendió Cuaderno irlandés (The Irish Sketch Book) (1843) a Chapman y Hall, los editores de Dickens y Carlyle, y también convirtió una serie cómica hecha para Punch sobre un viaje al Este en otro libro, Cornhill to Cairo (Notes on a Journey from Cornhill to Grand Cairo) (1846). Además, consideró hacer una serie para Blackwood en Bélgica.
Esta combinación ardua de escritorzuelo (que a menudo acababa escribiendo en clubes de Londres por la paz y tranquilidad que ofrecían) y los frecuentes viajes sacaban a Thackeray de casa bastante a menudo, y — como él más tarde reconoció — le impidieron descubrir la seriedad de la creciente depresión de su esposa. Thackeray e Isabella Shawe habían tenido un matrimonio feliz durante sus primeros años del penuria. Pero a medida que las demandas financieras forzaban a Thackeray a trabajar cada vez más y más, Isabella se quedó más aislada y sola. Después del nacimiento de su tercer niño (el segundo había muerto a los seis meses), ella comenzó a recluirse, volviéndose apática e irregular por épocas y luchando con la abuela de su marido, “un molesto y viejo cuerpo”
. Los médicos le dijeron a Thackeray que todo lo que Isabella necesitaba era un cambio de aires. Cuando ella empezó a tener tendencias suicidas, saltando al océano durante un viaje para ver a su poco compasiva madre en Irlanda (quien más tarde sería representada por su yerno más tarde como la arpía Sra. Mackenzie en Los recién llegados), Thackeray comenzó en vano una serie de búsquedas de una cura. Llevó a Isabella a varios balnearios y sanatorios, en cierta ocasión sometiéndose a una “cura acuática” con ella, ya que ella no lo haría sola. Él mantuvo durante algún tiempo la esperanza de que se recuperara completamente. Durante muchos de los años siguientes él fue de acá para allá entre Londres y París, del periodismo que les sostenía a él y a su familia cargada por la deuda, hasta sus padres e hijos en París, y hasta su esposa en asilos franceses.
Una vez que Thackeray se había establecido como un escritor de éxito moderado por sus libros de viajes, por el éxito aún mayor de sus series en Punch y por el principio de una novela hecha y derecha, él trajo a sus hijas y su esposa del Continente (alojando a Isabella no en uno de los terribles asilos que él recorrió, sino con dos mujeres en Camberwell). Finalmente se resignó a la condición de Isabella, algo indiferente para aparentemente todos los que la rodeaban, incluso para él mismo y los niños, y mantuvo a su esposa en instituciones mientras que él criaba a sus hijas con la ayuda de su madre, quien nunca estaba satisfecha con las institutrices que Thackeray contrataba. Él parece haber sido un cariñoso, aunque ocupado, padre, como declaran las conmovedoras reminiscencias de las introducciones biográficas de Anne Thackeray Ritchie a sus obras.
En 1847-48 él alcanzó el éxito con La feria de las vanidades. La novela tenía un principio lento — los primeros capítulos fueron rechazados por varios editores — pero finalmente se vendió en el vecindario a razón de 7 000 números al mes. En la misma medida, la obra estaba en boca de todos, y Thackeray finalmente tenía un nombre que ganaba atención y reseñas en diarios, como el Edinburgh Review. También encontró por fin alivio al angustioso yugo de escribir cualquier cosa que se vendiese para poder sostener su hogar.
Pendennis vino a continuación en 1849-50, pero fue interrumpida bruscamente a la mitad durante tres meses por una enfermedad severa que podría haber sido el cólera. Esta novela se publicó al mismo tiempo que David Copperfield, y su apariencia dual causó la primera de muchas comparaciones con Dickens, realizada por David Masson en el North British Review (mayo de 1851). Thackeray ahora sentía que él y Dickens luchaban por la cima del rey de los novelistas, aunque él nunca igualaría la popularidad de Dickens, excepto con los críticos. La novela es bildungsroman semi-autobiográfica que se centra, entre otras cosas, en la desilusión de Thackeray en el colegio, la relación ambivalente con su madre y el conocimiento de una persona de dentro del mundo editorial de Londres.
En 1852, La historia de Henry Esmond (The History of Henry Esmond) fue publicada como una novela de tres volúmenes sin ser primero editada en serie y con un tipo de imprenta especial cuya intención era imitar el aspecto de un libro del siglo dieciocho. Esta fue la novela de Thackeray planeada con más cuidado, y para ello él hizo una cantidad considerable de investigación histórica. El libro fue celebrado por su brillantez, y Thackeray lo reconoció como “lo mejor que puedo hacer . . . mi *carné*” “the very best I can do. . . my card”) (Monsarrat 285), a pesar de la “feroz melancolía” con la que él reconoció que la novela estaba infundida. Entonces, esta causó sensación gracias a su final polémico, en donde el héroe se casa con una mujer que al comienzo de la novela le parecía “una madre”.
Durante estos años de éxito, Thackeray vivió prácticamente una vida de soltero en Londres, incluso aunque ahora él tenía a sus hijas y a su abuela con él. Pasó mucho tiempo con amigos, animando las comidas semanales del personal de Punch, asistiendo a los actos sociales de una sociedad distinguida hasta ahora cerrada a él, y convirtiéndose en el constante ayudante de Jane Brookfield, la esposa de un viejo amigo de Cambridge. Thackeray y los Brookfield estuvieron implicados en un triángulo emocional cada vez más tenso, hasta que su primer viaje a América en 1852 proporcionó a Thackeray el tiempo y distancia para desenredarse emocionalmente. La frialdad de William Brookfield y su deseo perentorio de dominar a su esposa, la resistencia de ella y la necesidad que la acompañaba de alguien al que recurrir, junto a la soledad de Thackeray y su susceptibilidad característica por una mujer fascinante se combinaron para crear un complicado enredo amoroso. Un eclesiástico que estaba decepcionado en su deseo de progresar en la Iglesia, Brookfield alternativamente ignoraba o prohibía la cálida relación de su esposa con el exitoso novelista. Jane devolvía las ardientes expresiones de amistad de Thackeray, lamentaba la inhabilidad de su marido para entenderla, y luego sorprendió a su amante platónico al quedarse embarazada del marido por el cual ella supuestamente no tenía ninguna simpatía. Thackeray, por su parte, profesó a la esposa una devoción que era pura y permaneció siendo un compañero del marido, pero sin embargo se sintió engañado por la tendencia de Jane de enfriar la correspondencia cuando Brookfield se quejó. Thackeray finalmente causó una ruptura dramática de esta situación reprendiendo a Brookfield por su tratamiento negligente de su esposa. El eclesiástico salió de su casa para unas vacaciones en Madeira, y, para cuando Thackeray se enteró del segundo embarazo de Jane, durante su propio viaje a América, ya había decidido no volver nunca al vasallaje que había soportado durante siete años. Varios aspectos de Jane Brookfield aparecen en Amelia Sedley y Beatrix Castlewood, y el affaire en sí mismo inspira el triángulo de Henry Esmond, Rachel y Lord Castlewood.
Thackeray siguió los pasos de Dickens con un viaje de conferencias por América. Una repetición de su gira por las islas británicas hablando de Los humoristas ingleses, estas conferencias eran provechosas para Thackeray y también proporcionaron influyentes — aunque ahora explotadas — visiones tanto de Swift como de Sterne. Thackeray vio América a través de los ojos de amables anfitriones, y él tuvo más cuidado en no ofender que Dickens, quien, por ejemplo, había decidido no escribir un relato provechoso de su viaje. Thackeray también toleraba más la esclavitud — le escribió a su madre que él no reconocía a los negros como iguales, aunque sí condenó la institución en ámbitos morales. Susceptible a la crítica de sus anfitriones de que las condiciones de vida para trabajadores ingleses eran peores que para los esclavos, él decidió creer (al menos en este primer viaje) que las palizas a los esclavos eran poco comunes y que las familias no solían ser separadas en el bloque de subasta.
Thackeray hizo amistades duraderas durante su viaje, la más importante con la familia Baxter de Nueva York. La hija mayor, Sally, encantó al novelista — como varias mujeres jóvenes, vibrantes, inteligentes y hermosas habían hecho antes que ella — y se convirtió en el modelo para Ethel Newcome. Él la visitó en su segundo tour por EE.UU. cuando ella estaba casada con un caballero de Carolina del Sur, y lamentó la vida triste de ella cuando se sentaba sola en Charleston, muriéndose de tuberculosis, después del estallido de la Guerra Civil. La novela panorámica de Los recién llegados (The Newcomes) (1853-55) — uno de los libros que Henry James llamó “monstruos flojos y holgados” "loose, baggy monsters" — trajo de vuelta a Thackeray tanto a la escritura de novelas (después de más de un año sin hacerlo) como a su propio siglo, así como a la sátira social de La feria de las vanidades. Los blancos principales de esta novela son el esnobismo y los matrimonios mercenarios. Él también sacó en 1855 su libro de Navidad más duradero, el cuento de hadas La rosa y el anillo (The Rose and the Ring), que él llamó “una pantomima del hogar” (“Fireside Pantomime”).
Después de un segundo tour de conferencias provechoso sobre Los cuatro Georges (es decir, los reyes Hannoverianos de los siglos dieciocho y principios del diecinueve), Thackeray se presentó al Parlamento como un independiente y fue derrotado cuando un político famoso sustituyó al hombre contra el que pensaba que debía competir. Thackeray pensaba que su defensa del entretenimiento en domingo también fue crucial en su fracaso.
En 1857-59, publicó Los virginianos (The Virginians), una novela ambientada antes y durante la Revolución Americana, que es una secuela a Henry Esmond, y que Thackeray quiso que fuera un tributo tierno al país donde él hizo varios amigos — aunque involuntariamente disgustó a algunos americanos particularmente patrióticos con su retrato afable, pero no especialmente heroico de George Washington. La novela es significativa por los problemas que Thackeray tuvo con el argumento, la acción anticipándose repetidas veces por intrusiones narrativas, y la Guerra Revolucionaria posponiéndose casi hasta el final del libro. En lugar de la acción, están las meditaciones filosóficas de Thackeray sobre la ranciedad de los argumentos de las novelas — en efecto, un cuestionamiento radical del valor de la ficción — y otros problemas relativos a la representación.
De las varias disputas literarias que Thackeray había entablado durante su vida, "el caso del Club Garrick" fue el más conocido, puesto que aunque él y Dickens habían discutidos sobre "la Dignidad de la Literatura" y otros desacuerdos menores (a menudo exacerbados por la interferencia de John Forster), esta disputa causó una brecha en su amistad que duró casi hasta el final de la vida de Thackeray — sólo cicatrizó en sus últimos meses, mediante una reunión sorpresa y un apretón de manos en los escalones de un club de Londres. Thackeray se había sentido ofendido por algunos comentarios personales en una columna de Edmund Yates y había exigido una disculpa, llevando finalmente el asunto al comité del Club Garrick. Ya disgustado con Thackeray por un comentario indiscreto sobre su affaire con Ellen Ternan, Dickens defendió a Yates, ayudándole a escribir cartas a Thackeray y, en su defensa, al comité del club. A pesar de la intervención de Dickens, Yates al final perdió el voto de los miembros del Club, pero la disputa fue difundida a través de artículos en periódicos y folletos. “Lo que más me duele,” le comentaba Thackeray a Charles Kingsley, “es que Dickens debería haber sido su consejero, y después, que yo debería haber puesto mano dura en un hombre joven que, lo entiendo, ha sido cruelmente castigado por la cuestión del asunto, y creo que apenas es consciente de la naturaleza de su propia ofensa, y que incluso ahora no entiende que un caballero debería resentirse por el monstruoso insulto que él pronunció”
"What pains me most, is that Dickens should have been his adviser, and next that I should have had to lay a heavy hand on a young man who, I take it, has been cruelly punished by the issue of the affair, and I believe is hardly aware of the nature of his own offence, and doesn't even now understand that a gentleman should resent the monstrous insult which he volunteered" (Monsarrat 393).
En 1860, Thackeray aceptó el puesto de editor de una nueva revista que sería publicada por George Smith, y se quedó asombrado y encantado por el dinero que le ofrecieron por su nombre y trabajo. The Cornhill comenzó su historia con una tirada récord y un número de colaboradores distinguidos, varios de los cuales fueron persuadidos para contribuir por la participación de Thackeray. Sin embargo, no estando nunca del todo cómodo con las obligaciones editoriales, dimitió después de una tenencia de aproximadamente dos años. “Thorns in the Cushion”, uno de los Roundabout Papers — una serie de ensayos coloquiales que tomaban como modelo a sus propios favoritos, Montaigne y Howell — detalla con humor el dolor que él sintió al rechazar manuscritos y recibir críticas de la revista. Él también publicó su última novela completa, Las aventuras de Philip (The Adventures of Philip) (1861-62) en la revista, y la incompleta Denis Duval (1864) apareció allí después de su muerte.
Hacia el final de su vida, Thackeray estaba orgulloso de que a través de su escritura él había recuperado el patrimonio perdido por fracasos financieros y apuestas, y de que dejó a sus hijas una herencia suficiente para su mantenimiento y una magnífica casa en Kensington que él había construido durante sus años de Cornhill. Él también se enorgullecía de los primeros pasos de su hija Anne en su propia carrera como un escritora — su novela La historia de Elizabeth (The Story of Elizabeth) había aparecido en el Cornhill. La salud de Thackeray había estado deteriorándose durante algunos años — había tenido dolor recurrente por estenosis — pero murió de repente por el derrame de un vaso sanguíneo en el cerebro el 24 de diciembre de 1863. Fue enterrado en el cementerio de Kensal Green el 30 de diciembre, con aproximadamente dos mil dolientes presentando sus respetos.
Bibliografía
Peters, Catherine. Thackeray's Universe: Shifting Worlds of Imagination and Reality. New York: Oxford UP, 1987.
Monsarrat, Ann. An Uneasy Victorian: Thackeray the Man. New York: Dodd, Mead, 1980.
Ray, Gordon N. Thackeray. 2 volumes. New York: McGraw-Hill, 1955, 1958.
Ritchie, Anne Thackeray. “Introducciones” a la edición biográfica de Works of William Makepeace Thackeray. New York: Harpers, 1899.
Modificado por última vez 2000; traducido 2009