[Traducido por Cristina Cobo Tejederas, editado por Asunción López-Varela, and html diseñado y formateado por George P. Landow]

Algunas de las ilustraciones que Thackeray creó para La feria de las vanidades (Vanity Fair) representan personajes externos a la narrativa central. Particularmente, aparecen varias representaciones del narrador a lo largo de la novela. La portada original grabada de la primera entrega representa a “un bufón exponiendo las locuras de una audiencia que vive en un mundo patas arriba” "a jester expounding on the follies of an audience living in a topsy-turvy world" (Knoepflmacher, 65). El orador está de pie sobre una tina dirigiéndose a una muchedumbre que “posee las mismas orejas de burro que adornan el gorro del bufón” 'possesses the same donkey ears that adorn the jester's cap' (65). Ioan. M. Williams cita una sección de un ensayo de Thomas Carlyle, declarando que esto “atacó el vacío de novelas contemporáneas” 'attacked the emptiness of contemporary novels' (Williams, 185). Williams explica que el biógrafo de Thackeray, Gordon Ray, vio en el diseño del bufón una referencia a la siguiente parte del ensayo de Carlyle (185): * “�Cómo sabes tú [...] que este prolongado oído de una Biografía Ficticia no encontrará uno u otro, en cuyos oídos todavía más largos, pueda ser este el medio [�] de infundir algo?” * 'How knowest thou [ . . . ] that this my long-ear of a Fictitious Biography shall not find one and the other, into whose still longer ears it may be the means [ . . . ] of instilling somewhat?' (185). El significado de la ilustración del bufón se aclara a la luz de la escritura contemporánea de Carlyle. Como portada, invita a una audiencia de grandes oídos a escuchar el relato de un narrador con oídos igualmente largos. No promete que la narrativa a la que precede sea menos frívola que las novelas de moda a las que Carlyle aparentemente atacaba, sino que la multitud de bufones refleja la sugerencia de Thackeray de que “ningún hombre [�] que se pasee por un espectáculo de este calibre, se dejará engañar por su hilaridad ni por la de los demás” [“Ante el telón”, trans. Rodríguez Espinosa] 'a man [ . . . ] walking through an exhibition of this sort, will not be oppressed [. . . ] by his own or other people's hilarity' (Thackeray, 'Before the Curtain'. El comportamiento de los individuos entre la muchedumbre parece estar basado en parte del prólogo de Thackeray: “hallarán toda clase de escenas: terribles combates [...] historias de amor para los más sentimentales y unas gotitas de comedia liguera” [trans. Rodríguez Espinosa] 'There are scenes of all sorts; some dreadful combats [ . . . ] some lovemaking for the sentimental, and some light comic business' (Thackeray, 'Before the Curtain'). La ilustración de la portada adopta la función de vender la narrativa de La feria de las vanidades. Ofrece un anticipo visual de las diversas situaciones sociales dentro de la novela, así como la manera jovial en la que son narradas. Esto responde a la crítica contemporánea de Carlyle prometiendo simplemente 'inculcar algo' en los grandes oídos del público.

Otra imagen importante de este bufón narrador aparece al final de Capítulo IX. Un bufón en miniatura se sienta con su bastón en su regazo, y se ha quitado una máscara sonriente para revelar la cara relativamente apagada del propio Thackeray. El sentido de esta caricatura es difícil de captar. Ioan. M. Williams advierte que “el error de confundir a Thackeray con su narrador es elemental” 'mistake of confusing Thackeray with his narrator is an elementary one' (Williams, 183). Aún así, esta imagen claramente invita a la suposición de que Thackeray se está expresando a través de la voz narrativa del showman de La feria de las vanidades. Dorothy Van Ghent habla claro contra la decisión de Thackeray de “entrar en la historia con su propia voz” porque “no hay nada que le impida hablar” 'enter the story in his own voice' as 'there is nothing to keep him from talking' (Van Ghent, 114). La opinión de Van Ghent puede ser resumida como sigue: “lo que sentimos es que dos órdenes de la realidad están poniéndose torpemente en el camino del otro: el orden de la realidad imaginativa, donde vive Becky, y el orden de la realidad histórica, donde vive William Makepeace Thackeray” 'What we feel is that two orders of reality are clumsily getting in each other's way: the order of imaginative reality, where Becky lives, and the order of historical reality, where William Makepeace Thackeray lives' (115). Van Ghent es particularmente crítica con el tratamiento del narrador de Amelia, que ella describe como “un paréntesis imperdonable” 'unforgivable parenthesis' (115). La crítica cita a Thackeray y luego declara su objeción:

'(And I think for a kiss from such a dear creature as Amelia, I would purchase all Mr.Lee's conservatories out of hand.)' [ch.4] the picture of Thackeray himself kissing Amelia pulls Amelia quite out of the created world of Vanity Fair and drops her into some shapeless limbo of Thackerayan sentiment. (115)

Ioan. M. Williams intenta refutar esta crítica sosteniendo que “el narrador y Thackeray no deben ser identificados” 'the narrator and Thackeray are not to be identified' (Williams, 183). Para apoyar esta conjetura, el crítico apunta hacia lo que el narrador revela sobre sí mismo: “�que él fue joven hace cincuenta años, que su niñez tuvo lugar hace veinticinco años, y que él tiene una tía soltera rica y una esposa llamada Julia!” 'that he was young fifty years ago, that his boyhood occurred twenty five years ago, and that he has a wealthy maiden aunt and a wife called Julia!' (183). Así él demuestra que la biografía del narrador es diferente a la de Thackeray. Williams discrepa con Van Ghent, afirmando que “el narrador [...] es una parte del mundo inventado de La feria de las vanidades” 'The narrator [ . . . ] is a part of the created world of Vanity Fair' (184). Cuando consideramos al bufón caricaturizado, que tiene la cara de Thackeray, es difícil aceptar la idea de que el narrador es un personaje creado que es completamente independiente de Thackeray. Sin embargo, Williams ha demostrado que la información de fondo que rodea al narrador no concuerda con el fondo de Thackeray. Geoffrey Tillotson ofrece mayor entendimiento de la naturaleza del narrador ficticio de Thackeray. Él dice que:

“El miedo de Thackeray en el fondo era el de ser arrastrado como persona en asuntos prácticos [...] el narrador ficticio de la ficción de Thackeray era un medio de retirarse hacia lo que la mayoría de los lectores serios o menos literarios deben de ver como lo más cercano a lo inaccesible”. “Thackeray's fear at bottom was of being dragged as a person into practical affairs [...] the fictional narrator of Thackeray's fiction was a means of retreating into what the most earnest or least literary readers must see as nearer to inaccessible”. [Tillotson, 62]

Esta idea del narrador retirado es consecuente con la imagen del bufón y la máscara. El traje del Bufón y la máscara sonriente representan al narrador creado, y bajo ésta está el autor, Thackeray. Tillotson afirma más adelante la función de enmascaramiento del narrador, cuando observa que tomó “abundantes precauciones para el anonimato esencial mediante una serie de engaños” 'ample provisions for essential anonymity by a series of mystifications' (63). Thackeray muestra su cara detrás de la máscara porque “él sabía que no debe retirarse demasiado lejos. Él quería seguir diciendo y pensando muchas cosas”. 'he knew he must not retreat too far. He wanted to continue to say and think many things' (62). El diminuto apéndice, que sigue al Capítulo IX, es un recordatorio entonces del modo en que Thackeray quiere que el narrador sea percibido. El narrador es otro personaje, que resulta ser el showman y el narrador de La feria de las vanidades. Cuando Thackeray se presenta a sí mismo como este personaje, quien I.M. Williams cree que “está tan sutilmente realizado como Becky Sharp” 'is as finely realised as Becky Sharp' (Williams, 184), él no debería ser directamente responsable de ningún defecto en el comentario narrativo. En este caso, la acusación de Van Ghent del “paréntesis imperdonable de Thackeray” 'Thackeray's unforgivable parenthesis' (Van Ghent, 115) está equivocada. La idea del narrador besando a Amelia no la arrastra hacia “ningún limbo informe del sentimiento de Thackeray” �into some shapeless limbo of Thackerayan sentiment‘ (115). El lector sabe que el narrador puede existir en la misma realidad que los otros personajes. Él entra en esta realidad en el Capítulo LXII, diciendo “En este mismo viaje, yo, el autor de esta historia, en la que es cierta hasta la última palabra, tuve el placer de observarlos por primera vez y de conocerlos” [trans. Rodríguez Espinosa]. 'It was on this very tour that I, the present writer of a history of which every word is true, had the pleasure to see them first, and to make their acquaintance' (Thackeray, 622). Es igual de aceptable para el narrador ficticio y sin nombre que cuente su primera reunión con Amelia, como lo es que exprese su deseo de que ella le bese, porque él lo hace así en el personaje creado del showman. Él siempre lleva puesto el traje y la máscara mostrados en la ilustración. Si Van Ghent hubiese leído de cerca las ilustraciones que están relacionadas con el narrador, ella probablemente no habría hecho tales críticas mordaces de Thackeray como narrador. Ella, sin embargo, podría simplemente haberlas desviado hacia el personaje del showman creado por Thackeray.

Obras citadas

Ghent, Dorothy Van. "The Omniscient Author Convention and the Compositional Centre". in Thackeray: Vanity Fair, ed. Arthur Pollar. Hong Kong: The Macmillan Pres, 1992.

Knoepflmacher, U.C. "Thackeray's Masks" in Thackeray: Vanity Fair, ed. Arthur Pollar. Hong Kong: The Macmillan Pres, 1992.

Thackeray, W.M. Vanity Fair. Ne York: Norton. First Edition, 1994.

Thackeray, W.M. La feria de las vanidades. Trans. Marcos Rodríguez Espinosa. Spain: Cátedra, 2000

Tillotson, Geoffrey. Thackeray the Novelist. Cambridge: Cambridge University Press, 1963.

Williams, Ioan M. "The Role of the Narrator". in Thackeray: Vanity Fair, ed. Arthur Pollar. Hong Kong: The Macmillan Pres, 1992.


William Makepeace Thackeray

Modificado por última vez 2000; traducido 2009