[Traducción de Montserrat Martínez García revisada y editada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow.]

l Espiritualismo, que explotó en las regiones «quemadas» de Nueva York occidental durante los años siguientes al Segundo gran despertar, estaba empezando a apagarse en los Estados Unidos para cuando Helena Petrovna «Madame» Blavatsky (1831-1891) puso su tienda en Manhattan. Aunque las sesiones de espiritismo y los espectáculos relacionados tuvieron un tremendo éxito en Inglaterra por lo menos una década después de que se desarrollaran en las antiguas colonias, el Espiritualismo era para muchos una moda en decadencia en los años previos al debut de Blavatsky. Lo que Blavatsky hizo en esencia, fue introducir en el Espiritualismo anticuado de control-médium-cliente un vocabulario y un marco teórico tomado prestado del misticismo hindú, la cábala judía, y el hermetismo europeo neoplatónico. Al hacer esto, reforzó tanto el Espiritualismo que lo convirtió, por lo menos durante unos momentos, en intelectualmente respetable. Debe destacarse que sus esfuerzos por desarrollar un enfoque sistemático, casi académico, para el estudio de los fenómenos superiores a lo normal no evitó que Blavatsky practicara algunos de los trucos más sensacionales y que más gustaban a la gente y que habían sido desarrollados por sus predecesores espiritualistas. Los espíritus siguieron visitando sus sesiones de espiritismo, las flores y las misivas de otro mundo continuaron lloviendo sobre sus clientes, incluso después de que trasladara la Sociedad teosófica a la India. La credibilidad intelectual que Blavatsky ganó para el Espiritualismo, a pesar de ser fugaz, tuvo un efecto secundario curioso y no inadvertido del todo: separó al Espiritualismo de lo que había parecido ser su dirección anti-autoritaria y anti-institucional en la década de 1850 y lo situó en el camino hacia el elitismo hermético.

Curiosamente, la organización rígida y jerárquica que Blavatsky y los teosofistas buscaron imponer en el mundo democráticamente caótico del Espiritualismo no evitó que la Sociedad teosófica intercediera por el movimiento nacionalista indígena en el esfuerzo temprano en la India por la independencia del régimen británico. Al trasladar su sede desde Nueva York hasta Advar en 1879, la Sociedad teosófica se asoció con un poderoso reformador hindú y agitador anti-británico, Swami Sarasvati Dayanand. Mientras la Sociedad teosófica y Dayanand pronto separaron sus caminos (Swami era reacio a reconocer la validez tanto de los «milagros» de Blavatsky como a aseverar que los principios de la Sociedad eran universalmente verdaderos), el compuesto Advar sin embargo se convirtió en un punto de encuentro para los estudiantes universitarios radicales hindúes implicados en la lucha contra el Raj. La Sociedad británica para la investigación psíquica cuyos miembros poderosos y respetables incluían a Gladstone y a Ruskin en Inglaterra y a William James en Estados Unidos, envió al investigador austríaco Richard Hogson para examinar algunos de los fenómenos más improbables que Blavatsky pretendía estar haciendo en la India. En su informe de 1883 sobre su visita a Advar, Hodgson argumenta que muchas de las emanaciones espirituales a las que Blavatsky invocaba en sus sesiones regulares de espiritismo eran sábanas retorcidas a modo de cuerdas y que el cuartito de su materialización mágica era un crudo dispositivo de puerta-trampa con espejo. Blavatsky, independientemente de la legitimidad intelectual que hubiera asegurado para el Espiritualismo, fue desenmascarada. En 1885 se trasladó a Londres, al pueblecito de Maycot en Norwood, donde pasó sus últimos seis años recopilando su obra magna, La doctrina secreta. Fue durante su estancia en Inglaterra cuando Blavatsky impresionó por primera vez y en último caso, convirtió a Annie Besant, la bien conocida feminista, en defensora del control de natalidad y radicalista política.

La influencia de la Sociedad teosófica de Blavatsky fue particularmente poderosa en la India y en Irlanda donde surgieron varias ramas durante la década de 1880. El grupo de artistas y de intelectuales que promovió el Renacimiento irlandés, especialmente Yeats y AE, celebraron reuniones en la hospedería Dublín. Las enseñanzas teosóficas que abogaban por la unidad esencial de todas las religiones y la omnipresencia del espíritu divino pareció ejercer una cierta atracción sobre los jóvenes intelectuales irlandeses que buscaban una solución cósmica para los problemas políticos y culturales engendrados por la colonización de Irlanda por parte de Inglaterra. Igualmente, Gandhi en su autobiografía enfatiza la importancia fundamental para su pensamiento inicial de las cuestiones tanto espirituales como políticas de la Sociedad teosófica y de los libros que le facilitaron. La Sociedad teosófica todavía mantiene su sede internacional en Advar y opera a través de logias por todo el mundo. Varios grupos se han desgajado de la Sociedad teosófica original y han organizado logias alternativas.

Lecturas sugeridas

Los lectores interesados deberían echar un vistazo a El despertar de la sabiduría antigua: historia del movimiento teosófico de Bruce F. Campbell (Berkeley: U California P, 1980), una historia legible y clara de un erudito con vínculos con la organización teosófica, y a El mandril de Madame Blavatsky de Peter Washington (New York: Schocken Books, 1993), una prehistoria del movimiento de la Nueva Era escrita humorosa y amenamente por un distinguido erudito literario. De interés más profundo son la biografía del compañero de Blavatsky cuidadosamente teorizada de Stephen Prothero, Henry Steel Olcott, el Budista blanco (Bloomington: U Indiana P, 1996), la estupenda historia sobre el Espiritualismo americano de R. Laurence Moore, En busca de los cuervos blancos (New York: Oxford UP, 1977), y la excelente historia feminista sobre el Espiritualismo inglés de Alex Owen, La habitación oscura (London: Virago, 1989).

[Puede que también les agrade revisar La habitación oscura: mujeres, poder y el Espiritualismo en la Inglaterra victoriana tardía (U. de Pennsylvania Press, 1990) y su más reciente El lugar encantado: el ocultismo británico y la cultura de lo moderno (U. de Chicago Press, 2003)-- GPL].

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Modificado por última vez el 17 de agosto de 2004; traducido 10 de deciembre de 2010